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He de decir que yo tengo debilidad por esas historias donde todos los personajes son un atajo de hijos de puta, rastreros sin alma que representan la bajeza humana más profunda y que aun así logras empatizar con ellos.
Porque en Killer Joe no existen los buenos y los malos. En Killer Joe la moral no es algo a tener en cuenta, y eso es algo de agradecer cuando estás saturado de tantas historias donde el guionista prácticamente te señala con el dedo de que parte debes posicionarte.
Eso aquí no existe. El director se limita a soltar a un atajo de enfermos en un pueblo de la profunda Texas y que sea el espectador quien decida de que lado ponerse. Sin más pretensiones que esa.
La película, si bien no va a pasar a la historia del cine como destacada, logra hacer que retengamos en la memoria algunas secuencias magníficas y crea en algunos momentos una atmósfera donde se mezclan varios sentimientos contradictorios a partes iguales.
Destacar por ejemplo algunos detalles que me han encantado, como cuando entra el chaval al comedor, encuentra el muslo de pollo en el suelo después de lo que ha pasado y hecha en cara a sus familiares que no le hayan esperado para cenar.
McConaughey es uno de esos actores que no me cae bien, pero que de vez en cuando me sorprende su actuación y que al final debo acabar reconociendo que es un buen actor. Esta es una de esas veces. Su "Joe Cooper" es sublime, lleno de matices y pequeños gestos que hacen muy grande al personaje, aunque a simple vista sean a veces inapreciables.
El resto de actores cumplen muy bien con la función y te los crees completamente, lo cual se agradece.
El final de la pelicula...bueno...es un WTF total. No es un giro argumental como tal, si no más bien una consecuencia de la mentalidad de los protagonistas, tan necios y viscerales todos ellos, que hace que la escena te sorprenda más por como se sucede que por lo que sucede en sí.
En resumen: Pese a no tener una historia demasiado profunda, me gusta como está contada y el trabajo con los personajes.
Nota: 7/10
Eso aquí no existe. El director se limita a soltar a un atajo de enfermos en un pueblo de la profunda Texas y que sea el espectador quien decida de que lado ponerse. Sin más pretensiones que esa.
La película, si bien no va a pasar a la historia del cine como destacada, logra hacer que retengamos en la memoria algunas secuencias magníficas y crea en algunos momentos una atmósfera donde se mezclan varios sentimientos contradictorios a partes iguales.
Destacar por ejemplo algunos detalles que me han encantado, como cuando entra el chaval al comedor, encuentra el muslo de pollo en el suelo después de lo que ha pasado y hecha en cara a sus familiares que no le hayan esperado para cenar.
McConaughey es uno de esos actores que no me cae bien, pero que de vez en cuando me sorprende su actuación y que al final debo acabar reconociendo que es un buen actor. Esta es una de esas veces. Su "Joe Cooper" es sublime, lleno de matices y pequeños gestos que hacen muy grande al personaje, aunque a simple vista sean a veces inapreciables.
El resto de actores cumplen muy bien con la función y te los crees completamente, lo cual se agradece.
El final de la pelicula...bueno...es un WTF total. No es un giro argumental como tal, si no más bien una consecuencia de la mentalidad de los protagonistas, tan necios y viscerales todos ellos, que hace que la escena te sorprenda más por como se sucede que por lo que sucede en sí.
En resumen: Pese a no tener una historia demasiado profunda, me gusta como está contada y el trabajo con los personajes.
Nota: 7/10
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