Crítica: El gran Gatsby

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Nick Carraway (Tobe Maguyre) es un joven aspirante a escritor que llega a Nueva York en 1922 en busca de su propio sueño americano. Acaba siendo vecino de un misterioso personaje, Jay Gatsby, un millonario que cada fin de semana organiza enormes y alocadas fiestas en su mansión donde acuden lo mejor y lo peor de la ciudad.

Al otro lado de la bahía, vive la prima de Nick, Daisy, casada con Tom Buchannan, un aristócrata excéntrico, excesivo y mujeriego.

Poco a poco, y de la mano de Gatsby, Nick  va sumergiéndose en el mundo de la alta sociedad, descubriendo sus ilusiones, dramas y virtudes, y siendo testigo de esta forma de vida escribe una historia de amores imposibles y sueños inalcanzables. 


Baz Luhrmann, director al que admiro por su originalidad a la hora de llevar a la gran pantalla sus proyectos ( la misma razón por las que otros le han criticado ), trae esta vez una adaptación de la novela homónima de F. Scott Fitzgerald, publicada en 1925.

Como ya hizo en su versión de "Romeo & Julieta" cuenta con Leonardo Di Caprio en el papel de Gatsby, el protagonista de la historia, un joven y apuesto millonario del que en un principio poco se conoce y que a lo largo de los 140 minutos de metraje se nos irá desvelando su historia.  

Luhrmann abre la película con un prólogo donde se nos muestra un Nueva York marcado por la explosión del jazz, el alcohol y el exceso, y lo hace casi a ritmo de videoclip, como ya es habitual en él. La época representada en el film choca frontalmente con la música utilizada (de la que hablaré más adelante), haciendo que todo el conjunto parezca casi onírico y cirquense en determinadas secuencias, como ya ocurría en "Moulin Rouge".

Esta forma de relatar puede ser un arma de doble filo, puesto que si bien a algunos, como a un servidor, les encanta por su originalidad y ritmo, a otros espectadores les puede chocar, marear y bordear, incluso la parodia. 

Sea como sea, Luhrmann logra recrear una ciudad todavía en construcción, donde se perfila el nacimiento del tan perseguido "sueño americano",el jazz inunda la ciudad y nos acerca a las dos vertientes de la alta sociedad: Romántica y alegre por un lado, y tan salvaje como fría por el otro.

La primera parte de la película, lo que podríamos definir como un largo prólogo es una sucesión de grandilocuentes efectos visuales y sonoros, acompañados de planos casi imposibles, donde el colorido y los compases musicales de otra época marcan el ritmo. Después, sin embargo, el ritmo baja considerablemente y el metraje se centra más en presentarnos las intenciones y deseos de los personajes, sobretodo del misterioso Gatsby.

Durante esta parte, quizá la película se torne un poco lenta, sobretodo después de haber vibrado con la primera hora, pero no aburrida, y enseguida se reconduce hacia el tramo final donde de nuevo coge ritmo, aunque lógicamente no tan alocado como al principio. 

Tanto Di Caprio ( quien debe dormir en formol porque siempre está igual ) como Tobe Maguyre en el papel de amigo y narrador de la historia están impecables  en sus actuaciones, sobretodo el protagonista, al que se le dan especialmente bien los personajes de época como ya ha demostrado en otros tantos films. 

El resto de actores cumple sobradamente con su cometido, no desentonando ninguno de ellos, tanto Joel Edgerton en el papel de Tom Buchannan como las dos féminas de la película.

"Hola, soy Leonardo Di Caprio y duermo en formol"

La banda sonora tiene un papel especial en la película. El director repite la fórmula que ya utilizó en "Moulin Rouge", que consiste en poner canciones totalmente ajenas en cuanto a época y que provocan un efecto extraño al espectador. De esta forma podremos escuchar temas de hip hop de Jay Z ( quien por cierto también es productor ejecutivo ) o una nueva y moderna versión del "Back to black" interpretada por Andre 3000 y Beyoncé. También forman la banda sonora artistas como Lana del Rey, Gotye o Jack White, formando una curioso e interesante abanico musical.

Como muestra os dejo la versión de "Back to Black" con la que caí rendido a sus pies nada más escucharla por primera vez:

En definitiva "El gran Gatsby" es una buena película. Dejo como trabajo pendiente visionar la versión que se filmó en 1974 y leer la novela. Según he podido leer, ambas, tanto la anterior película como la novela, son superiores a esta última obra. En cuanto lo haga os diré.

De todas formas nos encontramos ante una historia entretenida, diferente, visualmente bonita y trabajada que merece ser vista en pantalla grande, pese al precio tan excesivo que tiene una entrada de cine hoy en día.

Nota:  7/10

G.